Saltillo.- En el Día Internacional de los Monumentos y Sitios Históricos, El Guardián recorrió los lugares en donde personajes como Venustiano Carranza, Vito Alessio Robles, Julio Torri, Manuel Acuña, y otros del mismo valor y relevancia histórica vivieron, y nos percatamos en lo que se han convertido en la actualidad.
Como primer ejemplo se encuentra la casa “Alessio Robles”, en donde nació el General Vito Alessio Robles, que ahora aloja una zapatería después de ser el Cine Palacio.
Al igual que la casa en donde habitó Miguel Hidalgo (Aldama e Hidalgo) en su estancia a Saltillo, ahora es una zapatería, aunque la placa señale que es la construcción en la esquina de enfrente donde hay una agencia funeraria.
El historiador Carlos Recio señala que la placa fue cambiada, de manera desconocida, y el lugar en donde se hospedó fue en una construcción ubicada en contraesquina, pues antes era un edificio que databa del siglo 19, que era lo que le da más valor, indicó Carlos Recio.
“Hay una foto y esa casa la derrumbaron a finales de 1950. En los años 30 todos sabían que esa era la casa en donde estuvo Miguel Hidalgo. Tumbaron el lugar para hacer ese edificio horrible”, lamentó.
De uno de los intelectuales de más peso nacido en la ciudad, el escritor Julio Torri, la construcción desapareció por completo y ahora es el estacionamiento “San Esteban” en plena calle Victoria. Julio Torri fue miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y murió en la Ciudad de México.
La casa en donde nació el poeta Manuel Acuña (calle Allende) apenas tiene un letrero anunciando que ahí nació y ahora es habitada por particulares sin ningún parentesco con el poeta.
Y la casa que habitó Venustiano Carranza cuando era gobernador ahora es habitada por el obispo Raúl Vera, según el Carlos Recio.
NO HAY MEMORIA
Al preguntarle al historiador sobre el daño que significa para la conciencia colectiva este tipo de descuidos hacia elementos que conforman el patrimonio histórico de una región, señala que es un error y cita a la ciudad de Seúl, capital de Corea del Sur, como ejemplo.
“No hay memoria. Vivimos en el ideal norteamericano, el de la modernidad cuando realmente deberíamos mantener las raíces. Deberíamos respetar a nuestros personajes a nuestra identidad. Una planta que no tiene raíces cualquier viento la tumba. Una población sin raíces es una veleta que va hacia donde la lleve el viento”, advierte.
Por CHRISTIAN MARTÍNEZ