Saltillo.- Los abuelos de Landon Yahír, el niño que murió a manos de su padre y madrastra el pasado jueves, exigen justicia a las autoridades, luego de que se determinara, mediante la autopsia, que fueron ellos quienes provocaron la broncoaspiración que terminó arrebatándole la vida.
Landon Yahir era obligado por sus padres a realizar sus necesidades fisiológicas en bolsas de plástico, y a comerse su propio excremento.
El maltrato y descuido comenzaron cinco años antes, cuando Jacinto Álvarez Malacara y Ángeles Yosuri Villalobos Pérez, madre biológica de Landon, se separaron, situación que dejó al menor de entonces tres años, desamparado, pues ninguno de los dos le prestaba la atención necesaria, obligándolo a vagar por calles de la colonia Santa Cristina, donde era conocido como “El Chavo del 8”.
Los años transcurrieron, Landon creció y era querido por los vecinos del sector, dado que pasaba mucho tiempo con ellos; estudiaba en la escuela Cristóbal Colón, ubicada en la colonia de un costado, ahí uno de sus tíos quien pertenecía a la sociedad de padres de familia, se hacía cargo de él, hecho que molestaba a Jacinto, padre de Yahír, quien prohibió a su hermano alimentar al niño.
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SE ‘ROBA’ A SU HIJO
Hace casi un año, en el mes de noviembre, Jacinto acudió a la colonia Misión Cerritos, donde vivía su hijo con sus abuelos, padres de la madre: “Me lo arrebató de las manos, no preguntó nada, lo agarró y se lo llevó, dijo que se lo llevaría a Monterrey, y que le valía lo que pensáramos, yo le dije que se metería en problemas, pero no entendió”, dijo Francisco Villalobos, abuelo del menor.
En ese entonces, Jacinto ya tenía cuatro hijos más con su actual pareja de nombre Olga Leticia, y fue ahí donde se agravó el maltrato y los descuidos hacia Landon, quien no era considerado parte de la familia y vivía aislado en su cuarto, donde dormía, comía de vez en cuando e incluso hacia sus necesidades fisiológicas dentro de una bolsa de plástico que le proveían día con día.
Pese a que sus hermanos, tíos de Landon pedían a Jacinto que trajera al niño a Saltillo, éste se negaba: “Nosotros siempre le dijimos que lo trajera, no sabíamos en las condiciones que estaba”, testificó Consuelo Jiménez, tía del fallecido.
POR DANIEL REVILLA