Saltillo.- La de Claudia fue una muerte que no debió ocurrir, pero que sucedió durante la madrugada de ayer en una vivienda ubicada al oriente de la ciudad, silenciando una voz que pasó años sin poder hablar tranquila.
Claudia Anahí N, de 24 años, visitó a su amiga, Mariel Ramírez Álvarez, de 20, en su domicilio de la calle Misión San Andrés 1795, de la colonia Misión Cerritos, donde durante un rato estuvieron conviviendo e ingiriendo bebidas embriagantes.
Claudia buscaba el abrigo de sus amistades para olvidar un poco todos los problemas por los que atravesaba, pues desde hacía tiempo que estaba desempleada y las cosas tampoco marchaban bien con su pareja, con la que vivía en unión libre.
Pero Mariel sabía que el verdadero motivo de la tristeza de Claudia se debía a un episodio espantoso que años atrás sufrió a manos de un delincuente que abusó sexualmente de ella, lo que la dejó marcada de por vida.
POR JETZA MÚZQUIZ