Las autoridades determinaron que fue un suicidio y se basaron a las pruebas que realizó la dirección de servicios periciales
Torreón.- La muerte relacionada con el celador del penal varonil de Torreón, Jonathan Rocha Lara, en Arteaga, se dio por concluida la investigación por parte de la Fiscalía General del Estado, (FGE).
Las autoridades determinaron que fue un suicidio y se basaron a las pruebas que realizó la dirección de servicios periciales. El cuerpo de Jonathan presentó una herida en el costado izquierdo que le afectó el corazón.
La lesión tiene una medida aproximada de medio centímetro. De acuerdo al dicho de Mónica Irma da a conocer que el viernes por la tarde pasado sostuvo una discusión con la pareja. A la cual le dijo que ya no quería continuar con la relación de noviazgo, ya que ella lo superaba con una edad de 10 años.
‘QUERÍA QUITARSE LA VIDA’
Jonathan se deprimió y empezó a tratar de “chantajearla” le llegó a expresar que quería quitarse la vida. El mismo cuchillo se lo puso en el pecho y en lo que se desvanece acude en busca de ayuda con un vecino.
La persona que brindó el auxilio dio a conocer que al ingresar a la cochera observó al hombre con el arma a su costado de la mano. El domicilio fue facilitado por la propietaria para pruebas periciales y se prestó a todo tipo de declaraciones.
No hay delito que perseguir y la investigación concluyó y es fecha que la familia de la víctima no ha mostrado inconformidad sobre los hechos.
EL HECHO
Jonathan Rocha Lara perdió la vida después de una pelea con su esposa en calle Culiacán 809. Una cuchillada directa al corazón fue lo que acabó con su vida, por lo que las autoridades detuvieron a Mónica, de 38 años, mientras se realizaban las investigaciones.
Según la versión de Mónica, tuvieron una pelea en la que ella le gritó: “Tú no tienes corazón”, lo que molestó al hombre, quien enfurecido se clavó un cuchillo en el pecho.
Alrededor de las 14:00 horas personal de Protección Civil de Arteaga acudió al lugar, donde atendió a Jonathan, quien ya no contaba con signos vitales. Los gritos de Mónica alertaron a los vecinos, que se dieron cuenta que su esposo se encontraba tirado sobre el piso boca arriba, pero no se movía ni respondía.
POR JUAN FRANCISCO VALDÉS