Dulce, de 11 años, decidió hacer una revelación a su familia. Su tío Crispín, como le decían amigos y conocidos, había abusado sexualmente de ella en varias ocasiones.
“Mi tío me violó, me violó a los 5, 6 y 8…un día me violó cuando fue mi cumpleaños”, narró Dulce.
¿Cuántos años cumpliste esa vez?, se le preguntó a Dulce y ella respondió que seis.
“Él me decía que jugáramos un juego de mamá y papá y que a nadie le decía porque si le decía a alguien me iba a pegar o violar”.
Cuando las agresiones ocurrieron, Dulce tenía problemas de lenguaje y no podía expresarse, según su expediente médico.
El día que logró externarlo, su madre acudió a la Agencia 2, de delitos sexuales, ubicada en Tizapán San Ángel, en la Avenida México, de la alcaldía Álvaro Obregón.
Ahí le realizaron a la menor diversas pruebas médicas para integrar la carpeta de investigación, en la cual quedó asentado el delito de abuso sexual agravado por parentesco.
“Ella pasó y todos me dijeron que era positivo, que la niña había sido penetrada por este hombre que es mi hermano. El médico legista del búnker me dijo que la niña presentaba una ruptura del himen con un desgarre de cinco centímetros”, narró la madre de Dulce.
El tío Crispín, quien huyó de la casa luego del enfrentamiento familiar y de enterarse de la denuncia en su contra, ya tiene una orden de aprehensión.
Yo quiero que esto se agilice y que las autoridades hagan lo correspondiente, hagan su trabajo porque mi hija cuenta los días desde que a ella le pasó todo esto sus días son terribles porque ella los cuenta, ella qué tiempo ha pasado y que no se le hace justicia”, dijo la madre de la menor.
Dulce dice que cuando sea grande quiere ser bióloga marina, pero mientras ese momento llega le pide a su madre que su presunto agresor sexual, el cual está prófugo, pague por lo que le hizo.