España. Andrea, una jugadora del equipo de fútbol ovetense Grisú Club de Fútbol, está acusada de fotografiar, presuntamente, a trece jugadoras, tres de ellas menores, durante la temporada 2016-2017 para darle las fotografías a su novio Pablo, que era el entrenador del equipo.
Según relata la Fiscalía, Andrea tomaba las fotografías de las jugadoras en los vestuarios y se las entregaba a su novio. Incluso, llegó a fotografiar a sus propias hermanas, una con una discapacidad psíquica de 16 años, y otra de 3 años.
El escándalo se destapó con la denuncia de otra menor de San Sebastián, que acusó al entrenador de intentar convencerla para mantener relaciones sexuales. Para engañarla, se hicieron pasar por productores musicales, informa El Español.
A causa de esta denuncia, la Guardia Civil realizó un registro en su domicilio y localizó varias imágenes de contenido sexual. Días después, la acusada se presentó en el cuartel de Villablino (León) para confesar los hechos y aportar pruebas del delito. En su confesión, explicó que conoció a su pareja cuando él era entrenador y ella jugadora de un equipo de fútbol. Al tiempo, él comenzó a pedirle que fotografiase a sus compañeras desnudas o en ropa interior y un año después hizo lo mismo con sus hermanas pequeñas.
El Ministerio Fiscal solicita para el acusado 29 años de prisión por un delito continuado de vulneración de la intimidad, tres delitos de utilización de menores con fines pornográficos y otro de captación de menores con ese mismo objetivo, además de posesión de material de pornografía infantil. Para la mujer y exjugadora del Grisú, la fiscalía tiene en cuenta su confesión y le solicita la pena de prisión de siete años y medio por los mismos delitos.