A Elena Ivanickaya, una mujer de origen ucraniano, se le hizo genial la idea de tatuar a su gato, raza “esfinge”, la cual se caracteriza por no tener pelaje, y luego compartir las fotos en Instagram.
Ese atrevimiento le costó miles de reacciones negativas en su contra, por el supuesto abuso animal al que fue sometido el minino.
Pese a que ella intentó defenderse de los ataques, ninguna excusa le sirvió, fue por ello que decidió desactivar los comentarios de su cuenta.
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