Londres, Inglaterra. Un ex marido obsesionado ha sido declarado culpable de disparar una ballesta a su ex esposa embarazada de ocho meses. Ramanodge Unmathallegadoo planeó la ejecución de Sana Muhammad durante más de tres años, ya que su odio hacia ella “creció y se agravó”.
El hombre de 51 años acumuló un arsenal de armas mortales y aguardaba en el cobertizo del jardín de la Sra. Muhammad armado con dos ballestas, un cuchillo, cinta adhesiva, bridas y un martillo, informa Daily Mail.
Luego persiguió a su nuevo esposo, Imtiaz Muhammad, a la cocina. Su plan era matarlos a los dos y al hijo que esperaban. Pero al final solo disparó en el estómago a la mujer mientras intentaba huir por las escaleras de su casa en Ilford, al este de Londres.
La Sra. Muhammad murió después de que la flecha de caza le atravesara el corazón, pero milagrosamente sobrevivió su hijo nonato después de una cesárea de emergencia.
Unmathallegadoo fue declarado culpable de asesinato por un jurado de Old Bailey. La corte escuchó que los padres de Devi habían arreglado su matrimonio con Unmathallegadoo cuando ella tenía 15 años y él tenía 30 años, pero la relación infeliz terminó en 2012.
Luego comenzó una relación y se casó con el constructor Imtiaz Muhammad, quien había decorado la cocina de los recién casados. “Fue una ejecución a sangre fría por un hombre que tenía un decidido deseo de venganza y que había sido consumido por el odio hacia una exesposa que lo había dejado por otro hombre”, dijo el fiscal.
Tenía orden de alejamiento
Unmathallegadoo y su esposa se separaron en 2012. Ella había dicho a la policía que el acusado la miraba mientras afilaba cuchillos en el jardín. Después de un juicio en 2013, fue absuelto de atacarla y de otro cargo de intento de estrangulamiento.
La víctima solicitó con éxito una orden de alejamiento que prohibió al acusado acercarse a menos de 100 metros de la casa familiar. Según la orden, que todavía estaba vigente en el momento del asesinato, a Unmathallegadoo se le prohibió contactar a su ex esposa directamente y no podía amenazar ni intimidar ni ella ni a sus tres hijos.