Saltillo.- ¡Yo me voy contigo!”, “¡no me dejes sola!”, gritaba entre lágrimas y arrodillada Irene Balderas Cerda, de 95 años, quien tuvo que ser llevada al médico al subirle la presión a más de 200, luego de ver a su esposo sin vida en la acera de su domicilio.
Y es que a las 9:30 de la mañana del lunes, Fidel Bocanegra Valdez, también de 95 años, salió de su domicilio en calle Catamarca 334 de la colonia Buenos Aires. Con su andadera se dirigió a su camioneta, pues como lo hacía regularmente, iba a dar una vuelta.
Abrió la puerta del vehículo Chevrolet Venture con placas de circulación 96 WLC de discapacitado, cuando sus hijos y vecinos lo vieron salir y se les hizo normal.
Pero esta vez algo pasó, solo se escuchó abrir la puerta y un fuerte golpe: Fidel había caído al piso. Vecinos y familiares fueron de inmediato en su ayuda y mientras trataban de hacerlo reaccionar, daban aviso al número de emergencias 911, de donde se canalizó la llamada al Cuerpo de Bomberos.
Paramédicos de la estación sur fueron quienes se encargaron de atender el servicio, pero a pesar de lo cerca y rápido que llegaron, no hubo ya nada que hacer, la persona ya no contaba con signos de vida.
El llanto y desesperación por parte de Irene no se hizo esperar, en repetidas ocasiones se agachó a ver a su “viejito”, como ella le decía, pero no había nada que hacer. Sus hijos tuvieron que llevársela.
Personal de la Policía Municipal arribó para tomar conocimiento del incidente y colocó la cinta de seguridad, en espera del personal de la Fiscalía General del Estado para que se tomara conocimiento del deceso.
El cadáver fue trasladado a las instalaciones del Hospital Universitario para realizarle la necropsia de ley —aunque todo apunta a una muerte natural— y posteriormente entregar el cuerpo a la familia para que le dieran el último adiós.
Por Ulises Martínez