Kaze
Saltillo.- De acuerdo con información de la Unidad de Investigación de Homicidios, Juan Carlos González Casas, quien cometiera suicidio la tarde del jueves, había tenido fuertes problemas con su pareja sentimental.
El hombre decidió poner fin a su vida cerca de las 17:00 horas, cuando se realizó el hallazgo, siendo sus tíos quienes lo encontraron sin vida, llamando de inmediato al número de emergencias 911.
ADICCIÓN FUE SU PROBLEMA
Según se supo, la adicción a las drogas que padecía Juan Carlos lo sumió de a poco en la depresión, pues cada vez era más dependiente y llegaba a gastar gran parte del dinero que ganaba como albañil en comprar los narcóticos.
No obstante, sus familiares declararon que la gota que sobrepasó el vaso pudo ser el trato que tenía Juan con su mujer, pues ésta había sentenciado ya la separación inminente, molesta por el abuso que el hombre tenía con las sustancias ilegales.
Se presume que tenía al menos dos horas de haber fallecido cuando lo hallaron en su casa de la calle Lechuguilla, y la necropsia arrojó la causa de su muerte por asfixia por ahorcamiento; el cuerpo del finado fue reclamado y entregado ya a sus familiares.
EL DATO
38 años de edad tenía el suicida.
OTRO LO INTENTÓ, PERO SE SALVÓ
Fue cerca de las 22:00 horas que al llegar del trabajo, una mujer encontró a su pareja sentimental tendido en la cama luego de haber tomado diversas pastillas de frascos sin etiqueta que guardaban en un mueble.
Ernesto N, de 42 años, padecía un episodio de depresión derivado de la reciente muerte de su papá, por lo que desde hacía varias semanas que no atendía su negocio – un taller mecánico – con frecuencia, pasando los días en casa.
No obstante, fue este jueves cuando su esposa regresó de laborar y, al entrar al inmueble de la calle Miguel Vargas, de la colonia Magisterio Sección 38, llamó buscando a su esposo, pero este no respondió.
Al entrar al cuarto matrimonial halló a Ernesto en la cama, y éste le confesó que había tomado diversos medicamentos, la mayoría de ellos de frascos ya sin etiqueta, y que no deseaba seguir con vida.
Alterada, la mujer llamó a sus hijos que pronto aparecieron para trasladar por sus propios medios a Ernesto, quien sólo parecía hallarse somnoliento, cancelando el servicio que había pedido la mujer a los números de emergencia.
Por fortuna, el estado de salud del paciente se reportó como estable y fuera de peligro a su ingreso a una clínica privada.
Acudiendo las autoridades para tomar conocimiento y dar los lineamientos a la familia para que busquen atención psicológica para Ernesto.
