Saltillo.- A un día de haber sido sepultada en el panteón La Paz en Saltillo, la familia de Claudia Iveth, la joven de 14 años que fue violentada físicamente hasta causarle la muerte, piden que Jonathan “N”, el presunto feminicida, sea juzgado como si fuera una persona mayor de edad, y que a la vez, su madre sea investigada por su presunta participación u omisión en los hechos.
En entrevista con EL GUARDIÁN, Erika, la madre de la joven, explicó cómo fue que su hija perdió la comunicación con la familia entera desde hace cinco meses, hasta llegar al pasado 15 de septiembre cuando Jonathan, “Jonhy” (como le llamaba Claudia), le quitó la vida como lo sostiene la Fiscalía de Zacatecas, aunque la familia asegura que él no pudo haberlo hecho solo.
Contrario a lo que se ha dicho entre la opinión pública, no hubo una situación tal como que Erika, la madre de la menor, “la haya dejado ir”. Los menores se conocieron por Ingrid, la hermana de Jonathan con quien estaba en la secundaria cuando la familia completa vivía en Concepción del Oro.
“Nosotros vivíamos ahí en Concha y estaba en la secundaria. Un día me llamaron para decirme que Claudia se había desmayado y fue cuando nos dimos cuenta que estaba embarazada. Yo hablé con ellos, con la mamá de él y les pedí que asumieran su responsabilidad. Ella no se quería ir, pero tiempo después me pidió irse. Decía que ya era el momento para hacer una vida, mientras yo le pedí a ‘Jonhy’ que la dejara terminar la secundaria”, narra la madre como el principio de la historia.
Era divertida
Claudia Iveth era una fanática del baile y el canto moderno, también de los unicornios; cumpliría 15 años el 8 de noviembre. Su madre narra, que incluso la joven platicaba con Johana, su hermana mayor, a quien le decía que quería estudiar una licenciatura.
“A ‘Jonhy’ le escribía cartas, le hacía libretas completas con frases de amor cada mes. Me pedía dinero para hojas de color para su ‘hermoso’, así le decía; ahora que la vi, dije: ¿Cómo su hermoso le pudo hacer eso?”, expresa Erika.
Después de seis meses de su noviazgo, Claudia empezó a desmayarse en la escuela y decía “que le dolía el abdomen”. Erika dice que habló con la pareja para saber si estaba embarazada, y dice que posterior a que la noticia dio positivo, la madre del ahora presunto culpable del asesinato, se apersonó para decir que se harían cargo.
Claudia se fue a la casa de su suegra, donde estuvo desde marzo.
El 25 de junio de este año, Erika recibió una llamada donde le contaron que Claudia tenía la cara golpeada; Johana, su hermana, fue al Ministerio Público para pedir una asesoría; sin embargo, la familia de “Jonhy” ya se había adelantado. “Dijeron que se había caído”, y de ahí Erika recibió orden de restricción contra la familia, y la suegra de la menor firmó una tutoría, asegura la familia de la víctima.
Jesús Miguel, el tío de Claudia, cuestionó el actuar de las autoridades, pues dice que esta orden fue en su contra cuando, asegura, quisieron irla a sacar por la fuerza de casa de “Jonhy”.
Fue esa la manera en que paulatinamente fueron perdiendo la comunicación con ella, situación que tuvo consecuencias fatales. “De hecho no sabemos qué pasó con su celular”, dicen.
“Después de eso hacía cinco meses que no hablábamos ni la veíamos. Yo estuve en Concha hace apenas dos semanas y le hablé al teléfono de ‘Jonhy’ que me dejara verla, que su hermanito Ricky quería verla, pero me dijo: ‘no, no se arma. Túmbese su rollo y no esté chingando. A Ricky no lo meta’. No nos dejaban verla”, expresó la madre.
“Lo que decían ellos era que cada vez que veía a su mamá se ponía mal. Estaba muy delgada, prácticamente la tenían secuestrada. Ellos le dijeron que lo que querían era que la hija saliera bien”, agrega Jesús Miguel.
Querían ir a tirarla
Los sucesos ocurrieron el 15, y Jesús Miguel dice que entre las versiones, se les ha contado que sólo querían irla a “tirar” a la puerta de la clínica donde se declaró el fallecimiento de Erika; pero los enfermeros se dieron cuenta y fue cuando lo detuvieron, eran entre las 4:00 y 6:00 de la tarde del pasado domingo.
“La niña no fue golpeada, fue torturada entre varias gentes. Por el joven, por la mamá y hasta por la hermana. Una sola persona no pudo haber hecho eso. El propio papá del joven, que conocía cómo era la familia, también nos dijo lo mismo”, dice Jesús Miguel, tío de la víctima.
El cuerpo llegó el pasado domingo a Saltillo, y en tanto, le pidieron reconocerlo y fue cuando se dieron cuenta que estaba todo golpeado, además de las marcas de asfixia sobre su cuello. Incluso, en la funeraria tuvieron que elegir entre velarla cubierta o no; el cuerpo de su hija, de la que tenía siete meses de embarazo, fue sepultado en la misma caja, sobre las piernas de Claudia.
“Después ellos fueron los que la llevaron a la clínica y querían irse, pero fue cuando lo detuvieron. Aunque sabemos que todo eso no se lo pudo haber ocasionado una sola persona”, dice Jesús Miguel.
Por feminicidio
Fue este miércoles cuando Jonathan “N” fue imputado al delito de feminicidio por el órgano jurisdiccional especializado en justicia penal para adolescentes del Sistema Judicial de Zacatecas, quien encontró legal su detención; sin embargo, la autoridad dio detalles de que el enfoque de la investigación únicamente está persiguiendo al joven, mientras que la madre no está bajo ningún supuesto de haber colaborado u omitido los hechos.
Debido a que Jonathan “N” cumple 18 años el próximo mes, la madre y el tío de la joven piden que el aparato judicial espere para que sea juzgado por el delito de feminicidio como una persona mayor, a diferencia de como está enfrentando su proceso actualmente, y por el cuál su pena podría ser reducida.
Por Armando Ríos