Un inmigrante que consiguió la nacionalidad estadounidense y presumía de su fortuna persona mostrando joyas y dinero en redes sociales ha sido arrestado acusado de estafar a más de 30 mujeres con un engaño romántico muy popular.
Una de sus víctimas se suicidó después de perder 90.000 dólares, según documentos judiciales consultados por la web informativa BBC.
Rubbin Sarpong, de 35 años y originario de Ghana, comenzó a usar páginas de Internet de citas románticas (Match, Plenty of Fish y Ourtime) para engañar a mujeres haciéndose pasar por un soldado estadounidense desplegado en Siria.
“Los estafadores están constantemente buscando formas de separar a la gente de su dinero para conseguir beneficios sin apenas esfuerzo”, ha explicado un portavoz del FBI, Gregory Ehrie.
Sarpong hacía creer a sus víctimas que había ganado un premio militar por su valor que le iba a ser pagado en lingotes de oro, pidiendo dinero en avance que luego devolvería gracias a ese botín.
Tenía cómplices en su país de origen, según los investigadores, y una novia en Estados Unidos. Ahora se enfrenta a una condena de hasta 20 años de cárcel.
“Por desgracia”, añadió el portavoz del FBI, “vivimos en un tiempo en el que cualquier contacto con un extraño por internet debe ser contemplado con un filtro de escepticismo”.
La Unidad de Investigaciones Criminales del Ejercito dice recibir cada mes cientos de denuncias de personas que han sido víctimas de engaños perpetrados por individuos haciéndose pasar por militares.
El procedimiento suele ser similar: inician una relación sentimental a través de Internet, y terminan pidiendo dinero, haciendo perder hasta decenas de miles de dólares. Para ello, se crean una identidad falsa usando imágenes robadas a verdaderos militares, asegura el Ejército.
Son por lo común extranjeros, en muchos casos de países del África Occidental, que también pueden llegar a extorsionar a las víctimas amenazando con difundir imágenes o vídeos privados que les hayan enviado en confianza.
Algunas de las señales de alerta son, según el Ejército, cuando los supuestos soldados aseguran que se encuentran en una misión de paz, buscando una mujer honesta tras haber sufrido la muerte de sus padres o su esposa, con hijos cuidados por tutores, y que caen inmediatamente enamorados, usan términos afectuosos muy pronto en la relación, se excusan para no hablar por teléfono o videoconferencia alegando motivos de seguridad, y finalmente piden dinero.
El Ejército aclara que a los soldados no se les cobra por tener permisos o para comunicarse con sus seres queridos, no necesitan permiso para casarse, tienen seguro médico y no precisan de dinero para alimentarse en zonas de combate.