CDMX.- Televisa anunció ayer la salida de sus espacios informativos del periodista Carlos Loret de Mola, conductor del espacio matutuno Despierta, mismo que se transmite por Canal 2 de televisión abierta.
Según fuentes cercanas al periodista se presumen presiones de índole política en su salida, pues argumentan que no se trata de un recorte de personal en la empresa, sino que es el despido de Loret y su equipo.
Desde hace un par de años la televisora ha enfrentado condiciones económicas adversas, lo que se ha reflejado en baja en sus ingresos y niveles de audiencia, esto la ha obligado a realizar recortes de personas en todas sus áreas.
Para reducir gastos ha vendido empresas una fue la venta de 50 por ciento de las acciones que aún mantenía en sus manos del Sistema Radiópolis, empresa que fundó Emilio Azcárraga Vidaurreta, el abuelo de Emilio Azcárraga Jean, presidente del Consejo de Administración de Televisa.
Así la empresa quedó fuera de la radio luego de 89 años de presencia. La primera estación del sistema Radiópolis fue la XEW, estación que fue por muchos años el orgullo de Televisa en el espectro radiofónico.
Otro duro golpe según algunas fuentes periodísticas es la reducción de compra de publicidad gubernamental por parte del actual gobierno de Andrés Manuel López Obrador, comparada con la que tenía con el anterior de Enrique Peña Nieto.
La periodista Danielle Dithurbide ocupará el espacio que dejará Loret de Mola, por lo que también dejará Televisa personal cercano al periodista.
En su mensaje Carlos Loret de Mola dijo que fue una decisión difícil de tomar tanto para mí como para la empresa en la que permaneció por los últimos 18 años.
Este viernes dejaré de trabajar en Noticieros Televisa. pic.twitter.com/JHI0RJmzkV
— Carlos Loret de Mola (@CarlosLoret) August 22, 2019
Agradeció desde la W Radio, donde seguirá laborando, tanto a directivos como amigos y colaboradores, pero principalmente al público que lo respaldó.
“Dejaré de trabajar en Noticieros Televisa, se que es una decisión difícil tanto para la empresa como para mí y por eso agradezco mucho el apoyo y la libertad que tuve para construir y dirigir los espacios noticiosos que encabecé durante más de 18 años”, comentó.
Dijo aquilatar el respeto y afecto de Emilio Azcárraga, Bernardo Gómez, Alfonso de Angoitia y Leopoldo Gómez, al tiempo que deseó éxito a la compañía para que supere los retos que enfrenta en la actualidad.
“Gracias a toda la gente que se despertó con nosotros durante tantos años, son el mejor juez de nuestro trabajo, gracias por su generosidad y confianza, mañana a mañana”, destacó Loret
Televisa por su parte destacó en su partida fijada a partir del 23 de agosto en el programa Despierta los logros alcanzados por Loret de Mola, como el Premio Nacional de Periodismo y el Premio Internacional de Periodismo Rey de España.
“Le deseamos lo mejor a nuestro amigo Carlos, quien seguirá realizando su importante labor periodística en la W Radio y El Universal y Vanguardia.”, señala el comunicado.
‘El gobierno no despide’
El coordinador general de Comunicación Social de la Presidencia de la República, Jesús Ramírez Cuevas, escribió en sus redes sociales que el Gobierno no “pide el despido o remoción de nadie en ningún medio”.
“El Gobierno respeta el trabajo de los y las periodistas y defiende la libertad de expresión. Por tanto, no censura, ni reconviene, ni pide el despido o remoción de nadie en ningún medio”.
68 de la calle de Ámsterdam, en la Oceanía Bulevares, que regenteaba Doña Panchita, una enfermera de profesión, según me contaron sus antiguos vecinos, y su esposo Hugo, un ingeniero agrónomo metido a padrote.
La imagen que guarda aquel barrio de Doña Panchita es la de una mujer bajita, redonda, de piel blanca, yendo y viniendo con un tarro de cerveza con clamato y limón.
Detractores tuvo Doña Pancha, que la acusaron de tratante de blancas y prostitución infantil, menos cuando se trataba de asistir a las fiestas babilónicas de cumpleaños que celebraba en aquella casa con cazuelotas de asado y harta beberecua.
O a las levantadas donde las mismas prostitutas eran las madrinas del Niño Dios y daban unos bolos bien grandotes.
Un día de hace siete u ocho año murió Doña Panchita, víctima de cirrosis, con una botella de cerveza Corona puesta en el buró de su recámara, botella que dejó a medias, me confiaron sus incondicionales.
Y esa fue la historia de Doña Panchita, la que vivió en el 868 de la calle de Ámsterdam, en la colonia Oceanía Bulevares, la casa de citas más conocida del norte de México.