Patricia González Polendo
Todo México está a la expectativa de qué pasará con Regina, Ismael “El Chino” y Geny en el último episodio de una de las temporadas más picantes de MasterChef México en donde hubo de todo, inclusive la visita de ganadores de programas anteriores y retos bien pasados de lanza que a todos nos divirtieron.
Regina López García de 22 años de edad es una de las rivales más fuertes de la competencia; no solo se ve que cocina bien fregón sino que su carisma siempre la ha ayudado a aceptar las críticas de los chefs y aprender de ellos sin faltarles al respeto o sentirse menos que ellos. Es estudiante de gastronomía y por eso la competencia le vino como anillo al dedo para adelantárseles a su generación al estar entre los chefs más importantes del país.
Regina, originaria de Acapulco y quien apenas tiene tres años viviendo en la Ciudad de México, nos contó que antes ya había estado a punto de entrar a MasterChef pero no lo consiguió y por eso ahora fue directo al reto:
“Para el casting de MasterChef cociné salmón; lo hice pensando en mi novio porque a él le gusta mucho como me queda y tras no haber quedado en la temporada pasada, ahora me siento muy orgullosa de estar donde estoy. Lo que me impulsó fue el orgullo de ‘ahora si lograrlo’ y jamás me imaginé quedar entre los finalistas y aprender tanto”, relató vía telefónica.
Regina es muy apegada a su familia, vivió casi toda su vida en León, Guanajuato y al llegar a la capital del país se decidió por estudiar gastronomía y le preguntamos sus razones:
“Mi amor por la cocina nació no en un momento en específico porque siempre ha estado ahí; desde muy chiquita yo sabía que mi camino iba por el lado de la cocina y ha estado súper claro desde que yo tenía tres o cuatro años que quería dedicarme a eso.
“A los dos años ya hacía tortillas ‘según yo’”, platica entre risas. “Y terminaba haciendo gorditas. Los fines de semana eran de ley la carne asada con mi papá y siempre me encargaba de hacer el guacamole, así me gustaba lucirme en la cocina los domingos”, explicó.
Como si se tratara de un lienzo en blanco, Regina ve a la gastronomía y toda la riqueza cultural de la comida como pinceles y colores; por eso eligió esa carrera y aunque aún le faltan tres años ya se dedica a trabajar en el restaurante de Edgar Núñez, el chef que fue invitado para el reto de las truchas. “Es un sueño cumplido trabajar con él”, declaró. “Quiero trabajar con más chefs, los mejores del país y luego viajar al extranjero para aprender técnicas y combinar culturas, así de alguna manera expresarme de una forma más original, eso sí, jamás me volverán a ver en televisión, yo soy de cocina”, puntualizó con firmeza.
Los retos de MasterChef
Regina es dulce, está en la edad en la que todavía no sabes tanto de la vida y uno de sus mayores miedos era matar animales en el programa pero tuvo que hacerlo un par de veces porque de eso se trataban los retos y si no, mandil negro y pa’ afuera.
“Tenía mucho miedo de matar a los animales porque me pesa mucho quitarles la vida. Siempre supe que si me dedicaría a esto pues tenía que superar ese miedo y en el programa lo alcancé: o lo hacía o lo hacía y así es la vida en general, no superas un miedo hasta que no te queda de otra”, expresó.
Precisamente uno de los retos más grandes para ella fue el de matar a una langosta y prepararla para uno de los retos, dice que le costó mucho trabajo ver como moría el crustáceo pero a ella la hizo más fuerte.
“Pero pensar en el reto más bonito fue el de Campeche, el más hermoso de todo porque de verdad ahí me enamoré del mar, en mi vida había visto uno tan rico y estar con mis compañeros y los chef ahí fue de lo más mágico”, añadió que su especialidad en la cocina son los mariscos y por eso su amor por el gran azul.
El Chef Benito y el Chef Herrera suelen llamarla “niña Regina” en cada transmisión, a ella se ve que le incomoda un poco pero dice que todo fue parte del show para hacerse reír entre ellos: “Al final sé que lo que hacen no es con mala intención y espero algún día ganarme que me digan ‘señorita’, es un apodo de cariño y me gusta”.
Los tres del jurado: Betty, Benito y Herrera sin duda alguna son imponentes figuras gastronómicas, pero claro, cada quien tiene su gallo y para Regina, el chef Benito fue quien más enseñanzas logró darle: “Lo admiro muchísimo, es el que más se enfocaba en hacernos aprender a todos”, admitió.
Después del programa
El futuro es incierto, ni siquiera sabemos qué pasará esta noche con los últimos tres competidores pero si algo tiene en claro Regina es que no volverá a salir en la tele y toda su pasión por la cocina la va a expresar el resto de su vida:
“La vida y el destino dirán pero yo ya tengo un camino que seguir y en base a ahí o que Dios decida para mí. Si pudiera poner un restaurante lo haría en México para impulsar nuestra gastronomía por su valor; sí sería comida gourmet mexicana al 100 por ciento con técnicas europeas pero honrando siempre a nuestra tierra”, finalizó.
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