El sabor más habitual de helado y el más omnipresente en la repostería a nivel mundial está en riesgo.
Factores como el cambio climático, el crimen y la especulación de mercado han hecho que el precio de la vainilla se duplicara en el último año y se multiplicó por ocho en los últimos cuatro, pero no es todo, también baja la calidad de este producto natural.
La mayor parte de la vainilla que se consume en el mundo viene de la pequeña isla de Madagascar, al sureste de África.
Solo en este año, esa ex colonia francesa producirá el 80 por ciento de la vainilla que se consumirá en el mundo.
Pero en marzo de este año, la tormenta tropical Enawo azotó la isla, matando a 78 personas, desplazando a otras 5.300 y arruinando el 30 por ciento de la cosecha de vainilla, que ya venía afectada por sequías.
La falta de certezas sobre la cosecha de 2017 hizo disparar los precios. En 2014, el kilo de las semillas curadas del género específico de orquídeas que son la base para obtener la esencia del sabor vainilla cotizaba a 60 dólares. Este año, se espera que cotice entre 400 y 450 dólares.