Saltillo, Coahuila.- Cuatro menores de edad fueron dejados a su suerte en una casa en condiciones deplorables en la cual no contaban con los servicios básicos, además presentaban huellas de maltrato y desnutrición, por lo que fueron asegurados por las autoridades y llevados a la PRONNIF para su resguardo mientras que las autoridades están en búsqueda de sus padres.
Minutos después de la media noche de este martes se recibió el reporte de que en la casa marcada con el 244 de la calle Imperio Mongol, en la colonia Puerta del Oriente, había cuatro menores abandonados que solicitaban apoyo, ya que sus padres no se encontraban en su domicilio.
Una vecina del sector fue quien escuchó a los pequeños y de inmediato dio aviso a las autoridades, acudiendo inmediatamente personal de la Integración Familiar, UNIF. Además de elementos de la Policía Municipal y de Fuerza Coahuila.
Los pequeños eran una niña de 11, otro más de siete y un niño y una niña de seis años, quienes comentaron a las autoridades que se encontraban solos desde la tarde del lunes pues sus padres se fueron a trabajar, pero no pudieron decir exactamente a que se dedicaban sus padres.
Los uniformados entablaron conversación con los pequeños mientras que esperaban a personal de Bomberos para botar la cadena con la que estaba cerrada la puerta, y según la declaración de los niños, comentaron que en próximos días su madre los llevaría a la ciudad de Monterrey, a un nuevo hogar pues se había separado de su padre.
Luego de minutos de espera rescatistas de Bomberos llegaron hasta ese punto y botaron los candados para que las autoridades pudieran entrar, llevándose la sorpresa de dicho inmueble aún se encontraba en construcción y no contaban con ningún tipo de muebles.
Además se percataron que los niños más pequeños presentaban algunos golpes, por lo que fueron resguardados y llevados a la PRONNIF para su atención y resguardo, en lo que se da con el paradero de los padres para que rindan su declaración ante la justicia y paguen por este descuido y maltrato infantil.
POR CHRISTOPHER VANEGAS